Longyearbyen y su extraña ley por el permafrost
En el archipiélago ártico de Svalbard, al norte de Noruega, se encuentra Longyearbyen, una de las ciudades más septentrionales del planeta. Este pequeño pueblo no solo es conocido por sus impresionantes paisajes y su clima extremo, sino también por tener una ley no oficial que prohíbe morir allí. Aunque suena a broma o leyenda urbana, la razón detrás de esta regla es muy real: el permafrost.
¿Qué es el permafrost?
El permafrost es una capa de suelo que permanece congelada de manera permanente (durante al menos dos años consecutivos), común en las regiones polares. En Svalbard, el suelo puede estar congelado hasta profundidades de 100 metros o más, lo que impide que los cuerpos enterrados se descompongan como lo harían en climas más cálidos.
¿Por qué no se puede morir en Longyearbyen?
En realidad, no es ilegal “morir”, pero no está permitido enterrar a nadie en el cementerio local desde hace más de 80 años. El motivo: cuando ocurrió una epidemia de gripe española en 1918, se enterraron varios cuerpos en Longyearbyen. Años más tarde, se descubrió que los cadáveres seguían perfectamente conservados… ¡y con rastros del virus aún presentes! (BBC).
Esto planteó un riesgo biológico real: el permafrost impide que los virus y bacterias mueran, por lo que podrían mantenerse activos durante siglos. Para evitar una posible reactivación de enfermedades, se decidió prohibir los entierros en el pueblo.
¿Qué pasa si alguien muere allí?
Las personas que están gravemente enfermas o en etapa terminal son trasladadas en avión al continente noruego para que pasen sus últimos días. Si alguien fallece inesperadamente en Longyearbyen, su cuerpo es igualmente trasladado fuera de la isla para ser enterrado.
Otros datos curiosos de Longyearbyen
Está prohibido tener gatos (para proteger a las aves árticas).
No se permite nacer en el pueblo: las embarazadas son enviadas al continente antes del parto.
Todos deben portar un rifle al salir del pueblo, por seguridad ante los osos polares.
Las temperaturas pueden bajar a -40 °C y durante varios meses no sale el sol (noche polar).
Lo que podría sonar como una historia de ficción es, en realidad, una mezcla de ciencia, salud pública y clima extremo. Longyearbyen nos recuerda cómo la naturaleza puede imponer reglas sorprendentes sobre la vida… y la muerte. Un pueblo donde literalmente «no se puede morir», no por creencias o supersticiones, sino por los desafíos del suelo ártico.
Referencias
BBC – The town where you’re not allowed to die
National Geographic – Arctic Life in Svalbard
Atlas Obscura – The Cemetery Where No One’s Been Buried Since 1950